Stephen Fuller

Sólo trabajo en pastel secos y me encanta la naturaleza sensual de aplicar el pigmento directamente sobre una superficie y adoro cómo estás literalmente en contacto con tu arte. A veces veo que los visitantes de mi estudio me miran con extrañeza y entonces me doy cuenta de que tengo una oreja verde o la barbilla azul por el polvo de pastel que se transfiere de mis dedos. Los papeles y las superficies de color disponibles para los pastelistas también ayudan a desarrollar la emoción y el estado de ánimo que intento transmitir.

Cuando pienso en una obra, a veces hago bocetos tonales y puedo incluir una pintura de fondo para ayudar a trabajar esas diferencias tonales tan importantes. Sin embargo, la mayoría de las veces la obra fluye directamente a través de mis dedos sobre el papel sin ningún paso intermedio. Para empezar, trabajo con soltura, mezclando y desarrollando las zonas de color, de oscuro a claro, y luego incluyo más detalles en las zonas clave. Por último, las gemas brillantes y los detalles finos se añaden con moderación, lo que puede dar vida al cuadro.

Mis cuadros se completan normalmente en unas pocas sesiones y, en ocasiones, trabajo hasta altas horas de la noche para terminar una obra que me ha cautivado. Rara vez utilizo fotografías como referencia a menos que trabaje en un encargo específico, ya que mi mejor trabajo parece estar hecho en plein air o directamente desde mi imaginación. Hay gente que hace obras maravillosas basándose en la imagen capturada, pero para mí la obra terminada siempre se siente ligeramente subordinada a la fotografía.